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                   Días de tormenta y destrucción

 

Como muchos recordarán, en la primavera de 2004 cayó todo el agua que no cayó en 2005 y mucha más. Habíamos conservado el agua de la piscina en invierno y a mediados de mayo de 2004 un día bajé a la sala de máquinas y la encontré semi-inundada. Al parecer, tras las lluvias, las vías freáticas se habían abierto paso por entre el hormigón y habían entrado en la sala de máquinas. Cuando cesaron las lluvias, se repicó el suelo de la sala de máquinas, se reacondicionaron los tubos, se colocó una rejilla conectada al desagüe (antes no había) y luego se pintó todo con una bonita pintura al epoxi de color verde kitsch que encontré de saldo. Asimismo, JM ya me había convencido de quitar el viejo filtro naranja y poner un sistema de filtración dual, pero como el presupuesto no daba para tanto, quitamos el de sílex viejo (que ya no filtraba bien) y pusimos uno de sílex de mayor capacidad, junto con una bomba nueva (el año anterior la vieja había dado muchos problemas).

Comenzamos a llenar la piscina y, basándome en las anotaciones del año anterior, sabía que tardaba unas 96h en llenarse. Transcurrido ese período, la piscina se había llenado poco más de tres cuartas partes, pero tampoco le di mucha importancia. Al cabo de 6 días, estaba llena. ¡Qué dicha y júbilo, ese verano nos bañaríamos sin problemas! ¡No tendríamos que repicar cemento cola bajo el sol implacable! Nos levantamos al día siguiente y nos quedamos de piedra: el nivel había bajado 9 cm, es decir, unos 5.000 litros de agua. Aterrado y desesperado, llamé a JM (que ya empezaba a saber que soy algo insistente) y me dijo que se trataba de una fuga y que, a pesar de que la pérdida era cuantiosa, podría probar el milagroso líquido sellador. Así lo hicimos, pero a las 48h el ritmo de pérdida era idéntico. JM nos dio entonces la temida noticia: había que vaciar, repicar TODO e impermeabilizar la piscina. Era la única solución VIABLE. O eso o hacer una piscina nueva.

Como no podíamos permitirnos el lujo de que una empresa se encargara de las obras, decidí hacer todo lo que pudiera y pedir ayuda puntual para aquello que escapara a mis posibilidades. Con la inefable ayuda, paciencia INFINITA y rigor de JM, decidí ponerme manos a la obra.

Lo primero de todo era repicar el gresite (cortesía del "melenitas ") y los azulejos años 70. Armado de un martillo percutor de calibre mediano, inicié la aventura. Al principio era incluso divertido: los azulejos caían como si fueran fichas de dominó y el gresite salía disparado, pero después de estar 7-8 horas repicando casi sin descanso, ya no le veía la gracia por ninguna parte. En esta fotografía se aprecia el bello conjunto "medieval" de azulejos y gresite, la piedra de coronación (que no es tal, luego descubriría que era hormigón puro y duro con 250 capas de pintura) y el -temido- ladrillo.

Primer plano de la imagen anterior:

En este primer plano, se aprecia que habían empleado ladrillo detrás de la primera capa fina de cemento. También se ve que quedaba agua alojada en su interior (no me entretuve en buscar ratones, cucarachas y otras lindezas, como JM me había sugerido entre risas).

Pero esa no era la única sorpresa; al repicar junto a la tuberías antiguas descubrí que las raíces se habían abierto paso por el hormigón para "beberse" el agua de la piscina.

Primer plano de la imagen anterior:

Aquí ya había repicado todos los azulejos. JM era consciente de que lo correcto sería eliminar también el ladrillo, pero puesto que era posible que hubiera coqueras y el trabajo habría sido "infernal" (se nota que me estaba dando ánimos) me recomendó que dejara el ladrillo. La siguiente imagen, es de la piedra de coronación en proceso de destrucción. Para ello tuve que pedir prestado un martillo mucho más potente (y pesado) que el que había utilizado para repicar el gresite y los azulejos.

Otra perspectiva de la maquinaria de destrucción. Creía que el gresite me había dado trabajo, pero destruir la piedra de coronación fue un auténtico suplicio.

Por supuesto, JM me había recomendado que, ya puestos, mejorará la hidráulica de la piscina: eliminamos los retornos de superficie y el skimmer antiguos y colocamos tres retornos de superfice, dos de fondo, dos skimmers, una toma de limpiafondos, dos focos sencillos y también cambiamos todos los tubos antiguos, incluyendo el de fondo.

Por último, se apuntaló todo para rellenar de hormigón la zona de los skimmers, focos, retornos y trazado de las tuberías.

Si no te has aburrido y tienes ganas de seguir sabiendo de nuestras desventuras, pasa a la siguiente página: Llega la impermeabilización

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